En esta edición las Jornadas de Gerencia Universitaria presentan un programa orientado a la gestión económica y de los Recursos Humanos.

En el ámbito económico las ponencias se han centrado en el análisis de las causas del déficit de la Universidad,  la contabilidad analítica y el valor añadido que supone implantar una contabilidad de costes. En el ámbito de Recursos Humanos se destacó el papel que debe desempeñar el Personal de Administración y Servicios en la Universidad, así como su adecuada gestión  y la importancia de definir el papel del Directivo, de acuerdo con el EBEP.

Ha sido de especial interés la ponencia inaugural  “La gestión de la universidad en tiempos de crisis. ¿Dónde se produce el déficit?”  de Francesc Solé, catedrático de organización en la UPC, dónde ha desempeñado importantes puestos de gestión. Con ironía y buen humor expuso cómo el déficit de la universidad es un asunto que se debate desde hace poco porque ha ido creciendo paulatinamente en los últimos años – crisis aparte-. En su opinión, el déficit proviene no sólo de un punto de ineficiencia general de las universidades, sino de un “sistema” y  diseño organizativo de las universidades estructuralmente deficitario, en el que desempeña un gran papel la investigación y las deficiencias del actual sistema de gobernanza y de los sistemas internos de información y decisión. En efecto, la investigación es valorada, hay multiplicidad de incentivos a la misma, pero sale cara y genera  una organización paralela con espacios propios, reglas y centros de poder e influencia al margen de los tradicionales, a veces con personalidad jurídica (“NIF propio”) transfiriendo costes y no ingresos a la universidad, Parques Científicos que suponen costes pero no generan ingresos suficientes, etc. Así somos el noveno país por publicaciones, tenemos patentes y spinoffs, pero la investigación que hacemos no recibe un nivel de financiación suficiente y los investigadores hacen recaer sus múltiples demandas y aspiraciones en una universidad frágil por su sistema de gobernanza y la descentralización de sus presupuestos y multiplicidad de centros de poder.

Joaquín Moya-Angeler ha expuesto los cambios necesarios en “El gobierno de las universidades” desde su amplia experiencia como Presidente del Consejo Social de la Universidad de Almería y máximo responsable en varias empresas e instituciones, indicando que estamos ante un nuevo contexto en el que el problema ya no es, como en el pasado, el acceso a la educación superior sino la eficacia de las universidades en su gestión de los fondos públicos que reciben. Asimismo reconoce el papel fundamental que los Consejos Sociales tienen en las Universidades, aunque piensa que  en ocasiones  han avalado decisiones erróneas.

Natividad Blasco ha presentado una ponencia sobre un “Informe sistemático económico-financiero” que permita transmitir, de manera sencilla y entendible, a partir de una propuesta flexible, adaptable a sus características propias, la situación de la Universidad. Para ello propone una estructura materializada a partir de 44 datos básicos desde la que se construye una batería de indicadores para que los órganos de decisión de la universidad, como el Consejo Social, puedan conocer mejor la situación de la Universidad y, especialmente, transmitirla y hacerla transparente para sus stakeholders. Ello permitirá eventualmente la comparación entre universidades y también la rendición de cuentas a la sociedad.

Daniel Carrasco, catedrático de la Universidad de Málaga, y uno de los principales colaboradores del Libro Blanco de Costes en las Universidades y consultor en  las implantaciones de contabilidad analítica en curso en varias universidades, ha comentado en su ponencia qué informes se pueden obtener del modelo de contabilidad analítica y de la aplicación informática que están desarrollando y las distintas técnicas que se pueden emplear para el análisis de la información obtenida. Tras ello, ha centrado su exposición en la utilidad de la información que genera la Contabilidad Analítica, relacionando sus outputs informativos con las principales áreas en las que se sitúa la toma de decisiones en la Universidad y las principales retos a los que puede contribuir como ámbito de reflexión de la Universidad.

Francisco Hernández y Juan José de la Vega han tratado de forma muy directa cuestiones prácticas de gran interés que han tenido que ir resolviendo en los desarrollos en curso de personalizaciones de la contabilidad de costes en sus respectivas universidades, UAH y UNED (ver aquí las ponencias). De esta forma, Francisco Hernández (UAH) ha centrado su exposición en el propio proceso de personalización y en la oportunidad que ha supuesto para UAH para iniciar un proceso de reflexión interna y mejora del conocimiento de sus estructura y actividades, que ha conducido a una mejora significativa de sus sistemas de información. Como principal conclusión propone, además, la necesidad de plantear el proceso en términos de su “posibilismo”. Por su parte, Juan José de la Vega (UNED) se centró en la problemática derivada de la implantación informática del modelo y en las dificultades tecnológicas propias de la integración de los sistemas y definición de interfaces, insistiendo, igualmente, en la oportunidad que supuso para conocer y evaluar la estructura y eficacia de sus sistemas de información y para la mejora y actualización de los mismos,  marcando las pautas para su futura evolución.

En el ámbito de los recursos humanos se han presentado también interesantes ponencias como la de Mikel Gorriti en el que propone un modelo de gestión orientado al servicio público en el que el PAS se orienta exclusivamente, a servir a los administrados: a satisfacer sus necesidades legítimas y a la eficacia que es el principio básico de actuación, seguido subsidiariamente por la eficiencia (gestión racional de los recursos y gasto) y por el cumplimiento de la legalidad vigente que sólo tiene valor si facilita la eficacia y la igualdad. En estos tiempos de crisis económica debemos repensar la organización y la gestión del PAS, llamar a la gestión responsable y eficaz en estos puestos, rompiendo la zona de confort en la que probablemente nos habíamos ubicado y espabilar: “sólo organizando de forma ajustada los puestos y haciendo bien lo que legítimamente tenemos que hacer podremos defendernos; justificar quienes y cuántos somos, y asegurar un servicio público de calidad”.

Por su parte, Rafael Jiménez ha presentado un muy detallado y completo modelo de gestión de personas para el PAS con doce  líneas estratégicas, insistiendo entre otros aspectos, en que, partiendo de la legislación vigente, la universidad tiene capacidad para articular sus políticas de personal, que los puestos de trabajo deben agruparse por áreas funcionales, que se deben mejorar los sistemas de acceso y de evaluación del desempeño, construyendo modelos de desarrollo de carreras profesionales. Igualmente es fundamental redefinir los sistemas actuales de provisión de puestos de trabajo y los mecanismos de formación y es imprescindible implantar la figura del DPP (Directivo Público Profesional) del EBEP como medio para fomentar la innovación en nuestras universidades.

En intervenciones finales, como parte del debate de  estas sesiones de recursos humanos se ha hecho referencia al papel que los sindicatoss han de jugar en este contexto y la necesidad de que interioricen la grave situacción actual. Varios asistentes han coincidido en que, independientemente de las declaraciones oficiales, los sindicatos son conscientes y han asumido el entorno en el que todos estamos inmersos.

Ignacio Buqueras, Juan Pablo Maldonado y Carmen Gallardo han tratado los usos del tiempo en la vida cotidiana universitaria. Después de proyectar un video muy interesante  que se puede ver aquí en la ponencia a su nombre, Ignacio Buqueras ha defendido apasionadamente la conciliación de la vida familiar y laboral y ha resaltado como el plan concilia y de racionalización de horarios es sistemáticamente incumplido por el gobierno que lo aprobó. Al igual que otros ponentes resaltó que una gestión adecuada del tiempo, incrementando la eficiencia del uso del tiempo en nuestro trabajo y eliminando el tiempo presencial no productivo (comidas, cafecitos, charlas de pasillo, reuniones mal organizadas, incumplimiento de horarios obligando a los demás a esperarnos, etc.) es fundamental y es la única vía posible para situar a nuestra sociedad en el mundo globalizado. Destacaron además como varias grandes empresas privadas (citaron a Iberdrola e IBM) han introducido prácticas de uso eficiente del tiempo y de conciliación con grandes resultados tanto en términos de ahorro (reducción de costes de calefacción, electricidad etc.) al reducir la extensión de la jornada como en incrementos de productividad.

Existe relación directa entre el uso del tiempo y la productividad, por ello, dice Buqueras, es necesario preguntarse diariamente, ¿ en qué he pedido el tiempo hoy ? y propone varios grandes pactos nacionales en la materia con los partidos políticos, con empresarios y sindicatos (algunos de éstos últimos son bastante renuentes), de administraciones públicas, y de televisiones públicas para cambiar los horarios, volviendo a los horarios tradicionales españoles de principios del siglo XX con desayunos completos en casa, almuerzos hacia las 13h y cenas a las 20h.

Albert Calderó da dos malas noticias: las alegrias del pasado no volverán – el incremento continuo de fondos para universidades o para el estado del bienestar no retornará cuando finalicé la crisis . y puede haber “gamberradas” legislativas en los próximos días o meses – y habrá que interpretarlas creativamente en su caso. Defiende el sistema de gobernanza actual, que no tiene porque ser “bueno”, pero que es representativo de la universidad porque el problema es otro, porque quién debe ser competente en la universidad no es el gobierno si no la dirección pública de las universidades, que debe ser y es muy profesional. Se puede cambiar la universidad y eso, porque hoy hay una crisis muy grave, y eso va a permitir cambiar la universidad y otras administraciones porque ya no va a haber miedo al conflicto. Es preciso eliminar ciertos elementos inncesarios por excesivamente modernos y de moda pasajera y también eliminar métodos organizativos del siglo XIX todavía vigentes. Se debe implementar en las universidades un sistema de jerarquía como existen en otras organizaciones y que contribuye de : por ejemplo, ¿porqué has llegado tarde al trabajo?, al que sigue la llamada de atención y, en su caso, la sanción. Hay que crear unidades administrativas operativas y eficaces, como mínimo de quince personas, y pasar a una gestión profesional de las personas olvidando la RPT, que responde a un modelo industrial de cadena de fabricación de hace un siglo inaplicable en una universidad. En este modelo se trata de tener puestos de trabajo categoriales que responde exclusivamente a un nivel de profesionalidad: por ejemplo auxiliar administrativo de entrada, cualificado, polivalente, etc. que es una carrera profesional. Es absurdo circunscribirlo a una unidad o función concreta.

Calderó afirma que se pueden reducir costes de personal: no se puede perder al personal valioso – fidelizarlo – y minimizar el coste social. Es posible despedir al inutil: hay que tener un proyecto claro, se pueden hacer ERES que se pueden negociar, se pueden hacer reducciones forzosas de jornada, valorar a la baja puestos de trabajo, eliminar complementos específicos, se pueden eliminar externalizaciones… No se debe tratar bien a los sinverguenzas como si trabajasen bien. Esto es válido para PAS y para PDI. Asimismo reconoce el ponente la necesidad de que la función de Recursos Humanos sea consideada una función estratégica y muy cercana a la Gerencia. Hace alusiones a la gestión por competencias en el sentido de que una gestión basada en competencias nos puede ayudar, así como el establecimiento de abanicos salariales  mucho más amplios que los actuales y a la distribución de una parte de los ahorros demostrados en las personas más productivas.  

Antonio Manuel López Hernández,  catedrático en Granada y  Presidente de la Cámara de Cuentas andaluza, efectúa una amplia presentación en la que liga transparencia, rendición de cuentas – que va mucho más allá de unos estados financieros correctos- , buen gobierno, buena gestión, comportamiento ético, responsabilidad, gestión mediambiental adecuada y sostenible y responsabilidad social en las universidades. Este último concepto, el de responsabilidad social de las universidades, es – tal y como lo emplea – un nuevo concepto ominicomprensivo en su opinión de todos los anteriores.  Defiende además en su presentación la necesidad de revisar los modelos de gobernanza y de mejorar la profesionalidad de los equipos de dirección en las universidades dotándoles de la estabilidad necesaria.

Xavier Puente – 21 de octubre 2011