En esta segunda sesión del  Forum de Financiación de EUA se continuó el análisis de la financiación de las Universidades. 

Así Thomas Easterman de la EUA recuerda cuales son las fuentes de financiación ordinarias de las universidades:

  1. Subvenciones publicas
  2. Tasas
  3. Contratos con empresas (investigación y docencia)
  4. Fondos europeos (con expectativas de incrementos futuros de esta fuente)
  5. Servicios universitarios (por ejemplo alquileres)

e insiste en la necesidad de incrementar y diversificar las fuentes de financiación garantizando la sostenibilidad financiera de las universidades


Tras destacar que la necesidad de diversificar los ingresos tiene en parte un origen en la actual crisis financiera, Tatiana Korayakina analiza los cambios recientes en la financiación de las universidades en Portugal en los que existe una nueva obligación legal de alcanzar un 50% de la financiación al margen del Estado lo que supone un notable esfuerzo de diversificación (hoy suelen financiarse un 69% vía Estado, 16% vía investigación y un 15% vía matrículas) y un incremento de las tasas académicas. Este cambio se ha visto acompañado de otros cambios organizativos establecidos por Ley: mayor poder para los rectores, órganos de gobierno más pequeños y con participación de miembros “externos”,  gestión desde la universidad de todo lo relativo a la investigación. Estos cambios han generado mas flexibilidad, la creación de mecanismos de incentivación económica y de carrera profesional para los “mejores”,  mayor poder y autonomía para directores de departamentos y la profesionalización de los servicios, siendo en general las universidades más jóvenes las que han dado muestra de mayor agilidad para adaptarse a la nueva situación.

Santiago Iñiguez de Onzono, del Instituto Empresa, señala que la diversificación, es una de las vías de crecimiento, pero no la única, ya que también es posible crecer mediante crecimiento orgánico, alianzas estratégicas, fusiones etc.

La diversificación esta ligada a la Misión de la institución; no es un elemento aislado, si no se fracasará. Cada institución debe tomar decisiones estratégicas: valores, mercado, clientela, modelo de negocio, etc. que deben estar vinculados a su Misión.

En las Escuelas de Negocios hay modelos basados en ofrecer toda la panoplia de formaciones económicas y otros en centrarse en determinados curricula y titulaciones. A veces la oferta viene  marcada por su titularidad o el tipo de financiación que reciben.

Una vía de diversificación que no se suele tener en cuenta en las Universidades son las formaciones destinadas a graduados que ya cuentan con una experiencia profesional significativa.

Otra vía que se suele tener en cuenta es la captación de estudiantes extranjeros: aquí hay un potencial de crecimiento muy importante pero no hay que olvidar la fuerte competencia existente y que se trata de un desarrollo que presenta riesgos importantes.

La crisis esta generando cambios en los comportamientos y es posible que crezca el número de los estudios a tiempo parcial o en plazos mas cortos (por ejemplo grado en dos años y medio) algo que genera oportunidades de diversificación y crecimiento.

Cuando se habla de fundraising hay que ser prudentes, ya que el fundraising tiene éxito en ciertos entornos: economías desarrolladas con desigualdades significativas en los niveles de renta y tradición filantrópica. Lo mismos sucede si se desean incrementar los ingresos por investigación ya que en buena medida los ingresos vienen condicionados por el entorno económico y empresarial existente.

Algunos de los asistentes subrayan que es importante contar además con equipos potentes y bien formados de apoyo a las actividades de captación de ingresos tanto si se trata de formación como de investigación o de fundraising.

Lo más importante es en su opinión:

1. Determinar tus elementos diferenciadores y basar la comunicación en ellos.

2. Colaborar con todos los stakeholders para reforzarte como referente en educación.

3. Desarrollar una diversificación razonable.

Un caso concreto: la Universidad de Valencia

Del 2004 al 2008 la asignación de la Comunidad Valenciana a la UV era creciente y se recibían además cuantiosos fondos europeos para inversiones. Por aquel entonces ya había un problema y es que parte de los fondos comprometidos por la Comunidad Autónoma no se recibían en los plazos fijados. Por ello la Generalitat avaló préstamos bancarios a la Universidad.  Estos importes figuran así como deuda de la Universidad. Al final de 2008 el importe de duda contraída equivalía a una anualidad de subvención (240 M en la UV) y la Generalitat se compromete en ese momento a ir cancelando la deuda en anualidades hasta 2022 y elabora un Modelo  de financiación plurianual basado en objetivos. Con la crisis ninguno de los dos compromisos se ha cumplido y la Universidad tiene un gasto anual de 10 M de € en intereses.

Del 2009 al 2012 el presupuesto de la Universidad ha disminuido de 382 a 344 M. Los ingresos han tenido una caída nominal de 40 M que se reparte en una bajada de 20 M de la subvención regional y un descenso equivalente de los fondos de investigación del Ministerio. También han caído los ingresos por contratos de investigación de 14M a 8 M y, en cambio, han subido las tasas académicas de 33 M a 42 M (en parte vía mayor oferta de másteres). Para hacer frente a esta situación se han reducido de forma muy significativa las inversiones, que eran muy cuantiosas en 2008, y se ha mantenido el nivel de gasto de personal en las cuantías nominales de entonces (210 M).

¿Ha llegado la educación superior a su nivel máximo?

Alex Usher de la consultora HESA se formula esta pregunta y responde que sí. El nivel máximo de las estructuras universitarias se ha alcanzado ya en muchos países por la confluencia de problemas de financiación, de estructuras demográficas con fuerte envejecimiento en muchos países europeos y de una disminución relativa de fondos para la investigación.

El problema de las universidades no es obtener más ingresos si no obtener más ingresos netos, es decir remanentes de ingresos después de imputar a los ingresos recibidos todos los costes directos e indirectos de la actividad para la que se recibieron. Las universidades se caracterizan por una estructura muy rígida de gasto y para ajustar su actividad a los fondos disponibles deben primero ajustar el gasto (prioridad a corto plazo) y, luego, reflexionar sobre como incrementar sus ingresos netos (prioridad a medio plazo).

En materia de ingresos para las universidades, la tendencia no es favorable: en 2011 el gasto público en universidades en Europa ha caído un 4% en términos reales, con España liderando la tabla con una disminución del gasto público superior al 5%.  Pero esa tendencia  europea no es seguida en otros países como Singapur, India,  China o Chile que tienen rápidos  incrementos  del gasto en términos reales.

Esta tendencia de los ingresos no se explica solo por las tasas, que en general han permanecido bastante estables en Europa, con la excepción de Inglaterra. La educación superior tiene un coste muy variable, con sistemas muy caros – y por tanto ineficientes – como en EEUU o en Japón, que cuadruplican el coste existente en países europeos con buenos sistemas universitarios. Tradicionalmente las universidades tienen cuatro fuentes de financiación: impuestos, tasas, becas y préstamos y los estudios comparativos existentes muestran que el mejor mix de fuentes de financiación en términos de eficiencia del sistema y de igualdad social es un sistema con tasas altas pero con excelentes becas y prestamos con tipo de interés parcialmente subvencionado (Modelo Ontario).  El debate sobre la gratuidad de la enseñanza es principalmente ideológico en su opinión ya que está claro para él que los estudios universitarios tienen beneficios sociales e individuales (son bien público y privado) y por ello el coste de la Universidad debe ser soportado tanto por el estudiante como por la comunidad. Los préstamos a los estudiantes pueden ser un sistema eficiente de gestión, el problema reciente en EEUU no es de ineficiencia si no que lo que ocurre es que ahora los estudiantes tardan más en reembolsar los préstamos entre otras cosas porque ahora, por primera vez, los estudios universitarios han dejado de ser en aquel país una garantía de empleo.

Hay que tener cuidado con los sistemas de límites de acceso a la Universidad en base al rendimiento académico señala Usher porque con frecuencia no hacen más que reproducir la estructura social existente y producen resultados de extracción social del estudiantado equivalentes a los de selección vía precio.

Es muy difícil en su opinión evaluar el “experimento” de tasas inglés ya que no ha habido hasta ahora experiencias de cambio tan radicales en ningún lugar del mundo. Los efectos se verán en cinco o seis años, pero este cambio es en su opinión muy arriesgado social y políticamente.

Puesto que lo primero es contener y reducir el coste, lo principal es controlar su principal partida en las universidades: el coste de personal. Es importante tener en cuenta que ese coste de personal tiene una parte que no debe imputarse a los estudios universitarios porque corresponde a actividades de investigación a las que debe imputarse. Un problema al que deben hacer frente las universidades europeas es cómo captar y mantener buenos docentes sin incurrir en la espiral de gasto de personal de las universidades norteamericanas.

El segundo elemento que deben cuidar las universidades es la organización de su docencia controlando rigurosamente su oferta de titulaciones y asignaturas y la optatividad. No puede haber grupos pequeños (con muy pocos alumnos) de docencia. Eso saben hacerlo bastante bien las buenas universidades europeas. En paralelo, no deben incrementarse si no más bien reducirse las horas de docencia impartida directa. Si estas dos cosas se hacen bien se obtienen ahorros muy significativos.

¿Qué demandan los financiadores de las actividades de investigación?

Tres ponentes, uno en representación de las empresas con fuerte actividad investigadora, otro de las fundaciones privadas y un tercero de los financiadores públicos, comentan sus demandas a las universidades.

Desde la perspectiva  de las empresas con fuerte actividad investigadora lo importante es conseguir tecnologías que les permitan ser líderes. Exigen seriedad y profesionalidad a las universidades, que cumplan los objetivos y plazos marcados, que sean capaces de mantener una relación estable y fructífera con objetivos claros y honestidad. Señalan que las universidades norteamericanas son mucho más activas que las europeas porque están haciendo ofertas de servicios o patentes concretos y detallados a las empresas europeas, algo que no consiguen hacer las universidades europeas.

A veces los problemas no son tecnológicos: empresas como Intel acaban de contratar 300 antropólogos para un proyecto.

Desde las perspectiva de las fundaciones que financian la investigación, su representante insiste en que los resultados de las investigaciones deben ser públicos.

El representante de los financiadores públicos afirma que las universidades deben ser capaces de centrarse en aéreas relevantes y actuales de investigación, deben contar con equipos de proyecto (elaboración, seguimiento, gestión económica y contractual…) eficaces. La cuestión de los costes indirectos es importante pero la realidad es muy diversa ya que en USA se llega a un 75% pero la media en Europa es notablemente inferior y en general no se cuenta – ni se exigen – sistemas de full costing.

Es muy importante rendir cuentas pero no solo en términos económicos si no, especialmente, en términos científicos. Esa justificación científica debe además medir el impacto económico y social de los trabajos desarrollados, algo que no es simple ya que a veces el impacto se produce en plazos muy lejanos (diez, veinte años tras la investigación). Por ello es preciso desarrollar una metodología rigurosa de justificación científica y del impacto.

 Xavier Puente – 12 de junio 2012