Con un extensísimo programa se ha celebrado esta semana en la Universidad Libre de Amsterdam un apasionante Congreso sobre University Industry Interaction. Esta es la segunda edición de este evento que, en este año, cuenta con cerca de cuatrocientos asistentes de una cincuentena de países con una amplia representación de los más punteros en este ámbito: EEUU, países escandinavos, Holanda, etc.

Resulta imposible resumir las numerosas sesiones celebradas, pero el Taller sobre  University-Business Cooperation (UBC) dirigido por Victoria Galán Muros y

Todd Davey celebrado al inicio del Congreso ofrece una visión general sobre muchos de los temas abordados en las sesiones y muestra parte de las conclusiones de dos interesantes documentos elaborados por Science-to-Business Marketing Research Centre y la Universidad de Münster para la Comisión Europea: The state of european university-business cooperation y 30 Good practice case studies in university business cooperation.

El punto de partida de estos documentos es la enorme relevancia de la UBC en el desarrollo de la sociedad del conocimiento y su aportación al desarrollo económico, al empleo y al bienestar social y la dificultad de medir algunas de estas aportaciones. Estaríamos ante un nuevo paradigma integrador y con muchas dimensiones que es necesario para el desarrollo de nuestras sociedades.

Aunque pudiera parecer que el enfoque adoptado en estos estudios – contemplar como las universidades y el profesorado perciben la cooperación, analizar sus puntos de vista – pudiera parecer poco objetivo, las conclusiones a las que se han llegado son de gran interés ya que se aprecia no sólo el estado actual (o la percepción del mismo) de esa cooperación sino que también se analizan sus causas, los factores exógenos que pueden influir en la misma, las barreras que existen para el desarrollo de este tipo de colaboración, los factores que pueden influir en su éxito, las ventajas y resultados de esta cooperación, etc.

Este tipo de cooperación UBC es analizado en ocho dimensiones:

–          Cooperación en investigación y desarrollo (I+D)

–          En movilidad del PDI

–          En movilidad de estudiantes

–          Comercialización de resultados de investigación

–          Desarrollo e impartición curricular

–          Lifelong Learning

–          Emprendimiento

–          Gobierno

Y las encuestas realizadas a nivel europeo muestran que la cooperación de la universidad con el mundo del “negocio” es muy limitada: todavía un 40% del PDI no está inmerso en ninguna de las ocho dimensiones analizadas, que aquellos que lo están suelen estarlo en más de una dimensión y que son las modalidades más beneficiosas y medibles (investigación, movilidad de estudiantes…) las que están más desarrolladas.

Esto tal vez es fruto de que las encuestas efectuadas han mostrado que el profesorado no suele percibir las ventajas personales (mayores fondos para investigación, mayores posibilidades de publicación, mayores oportunidades de contratación y promoción, etc.) que puede suponerle tener una cooperación extensa con el “business” (“business” entendido en sentido amplio, incluyendo instituciones públicas, sector asociativo, etc.) y, al contrario, perciben barreras y dificultades en su desarrollo, principalmente falta financiación suficiente para desarrollar estas actividades y carga burocrática adicional siendo UBC un tercer trabajo no remunerado que se añade a la docencia y la investigación tradicionales.

A partir de estos datos, el estudio concluye que es necesario desarrollar en los académicos la percepción de las ventajas de cooperar con “el mundo real”, generando incentivos adecuados tanto de orden económico como de otro orden (promoción, contratación, prestigio, reducción de carga docente o investigadora,…). En el debate en el taller los participantes señalaron que es importante definir bien los incentivos adecuados e integrarlos en la evaluación ordinaria del profesorado que aplique la universidad, que estos incentivos no deben ser “optativos” sino obligatorios para todo el PDI y deben conducir a un cambio cultural. También se destacó como el profesorado tiene serias dificultades de comunicar con organizaciones externas y que se ha visto que esta barrera es mucho menor en aquellos profesores que han tenido una experiencia laboral de varios años en el mundo no académico, por lo que se debería incentivar el uso de este criterio en la selección del profesorado y facilitar el movimiento temporal de profesores hacia empresas (sabáticos, contratos a tiempo parcial, etc.),y de profesionales de alto nivel hacia la universidad  y también el desarrollo de spin-offs a partir del conocimiento generado. Este tipo de cooperación también debe hacerse extensivo a los debates de definición del contenido curricular por ejemplo.

Otros aspectos relevantes para reducir la distancia del profesorado hacia estas actividades son reducir la carga burocrática interna de estas actividades en las universidades, apoyar y seguir desde servicios especializados la relación entre académicos y business, analizar y aplicar buenas experiencias de otras universidades, introducir estos criterios entre los empleados en la elaboración de “rankings” internacionales, y:

–          Tener una estrategia definida y documentada pero mucho más que esto, haber dotado de medios humanos y materiales esa estrategia (por ejemplo dotar medios suficientes para la orientación profesional y prácticas profesionales y búsqueda de empleo)

–          Disponer de estructuras y unidades especializadas para acometer cada una de las ocho dimensiones

También se destacó que es muy importante:

–          Que las empresas e instituciones externas tengan un interlocutor único válido (un “facilitador” interno, que puede ser un servicio de la universidad) que sea capaz de resolver los problemas de unos y otros y trasladar al idioma de los académicos y servicios las necesidades existentes cubriendo en la medida de lo posible todos los ámbitos de relación

En el debate algunas universidades hicieron referencia a la falta de colaboración, cuando no al boicot,  entre los servicios que cubren esas ocho dimensiones (por ejemplo prácticas con estudiantes no apoya a investigación y esta no lo hace  a transferencia) y a la fusión en un único servicio de la gestión de varias de estas actividades (por ejemplo investigación + transferencia  comercialización + emprendimiento).  Esto es importante porque este tipo de cooperación es en palabras del estudio un “ecosistema complejo” que exige trabajar en cooperación a todos los niveles.

–          El desarrollo de la relación con la red Alumni, que es una base excelente para trabajar en las ocho dimensiones

–          Dar a conocer al menos internamente todos los esfuerzos efectuados en estos ámbitos (se aprecia un gran desconocimiento interno en las universidades de lo que existe y ya se está haciendo)

–          El desarrollo de la relación: lo importante es generar una relación personal y personalizada, detectar lo que tenemos en común y generar confianza, comenzar en alguna de las ocho dimensiones y a partir de ahí trabajar en el seguimiento profesionalizado de la relación iniciada fructíferamente o de los contactos existentes que no han llegado a cuajar. Algunas universidades holandesas y escandinavas destacaron que un trabajo serio de prospección de posibles empresas medias con las que trabajar ha conducido a que un 50% de las entrevistas con estas empresas concluyan en el inicio de una relación con la universidad.

Aunque el documento es mucho más extenso y rico y propone una amplia gama de medidas concretas que cada institución puede implementar, el estudio destaca como conclusiones principales para las universidades que deben ser capaces de generar estrategias concretas de implementación de esta nueva dimensión cooperativa, reducir su burocracia, centrarse en el desarrollo en profundidad de las relaciones y crear incentivos de todo tipo para potenciar estas actividades. A su vez los profesores deben buscar nuevos contactos a nivel adecuado en el mundo exterior para desarrollar la cooperación, ser capaces de convertirse en socios a largo plazo de las empresas en los proyectos de investigación y hacer partícipes a las empresas de la importancia y valor de su cooperación con las instituciones.

Mas información en  www.ub-cooperation.eu , en la página del Congreso ya mencionada y en esta página de Education and Training de la UE.

Xavier Puente – 28 de mayo de 2013