Se acercan tiempos complicados, tal vez difíciles o puede que retadores, para la universidad española. El comité de expertos nombrado por el Ministerio de Educación está trabajando en nuevas propuestas de organización para la Universidad española. Una universidad que aparece en los rankings en posiciones modestas, pero no hay que olvidar que los rankings no lo son todo o no deben serlo. Por otra parte, se está revisando cómo será el acceso de los estudiantes a la Universidad (la LOMCE establece un nuevo sistema de acceso), el coste de las matrículas se aproximará cada vez más al coste real de la educación, las becas son más limitadas y el presupuesto de las Universidades para 2013 será menor (la Comunidad de Madrid, por ejemplo, lo ha reducido en un 15%, pero otras comunidades van por el mismo camino: los rectores y gerentes de Castilla y León están analizando cómo cerrar los presupuestos para 2013, dado los recortes introducidos por la Consejería de Educación, al igual que en otras comunidades). 

Es cierto que las universidades no han sido probablemente un modelo de transparencia y rendición de cuentas, al igual que el resto de las administraciones públicas, donde el endeudamiento está a la orden del día (según ABC, el endeudamiento de las universidades de la Comunidad Valenciana equivale al 74% de su presupuesto;  al  menos 150 millones de deuda de la Complutense; situaciones complicadas en universidades andaluzas, Castilla la Mancha, Castilla y León, etc.) y todo en ello en un contexto en el que las universidades reclaman deudas millonarias por parte de las comunidades. Además de la mejorable presencia de la universidad española en los rankings (en estas páginas hemos analizado alguno de los más importantes: Shanghai, QS, THE, Leiden) y los problemas económicos de éstas, el mercado laboral español no es capaz de absorber el número de graduados que generan las universidades.  Por lo tanto, los ciudadanos cada vez más nos planteamos cuál debe ser el modelo y el papel de la Universidad española. Y en esta tarea está el Gobierno.

Parece que en el nuevo modelo se va a entrar a discutir y reformar la universidad de forma global, seguramente actuando en todos o una gran parte de los aspectos que se recogen a continuación. Falta saber cuál será el margen que la nueva legislación dejará a la autonomía universitaria:

  • Volumen del sistema universitario: número de universidades y tamaño de los campus. Fusiones, colaboración y alianzas entre universidades y centros.
  • Gobernanza (sistema de gobierno y administración), desde el actual modelo de elección y selección del Rector y los diferentes órganos de gobierno colegiados (Consejo Social, Consejo de Dirección, Claustro) y personales (Vicerrectores, Gerente, Secretario General, Decanos, etc.) y grado de autonomía de cada institución.
  • Financiación: pública y privada, definiendo la colaboración universidad-empresa y la participación de la empresa en el desarrollo de la universidad.
  • Modelo de acceso para los estudiantes (¿deben acceder todos los estudiantes que lo deseen o se debe establecer una política estricta de acceso utilizando criterios académicos?). política de precios y modelo de becas y/o préstamo para estudiantes.
  • Transparencia y rendición de cuentas. Establecer a qué debe dedicarse una universidad y qué actividades no forman parte de la misión de la universidad (al menos de la financiada con fondos públicos).
  • Recursos Humanos: régimen jurídico y modelos de selección del personal docente e investigador y del personal de administración y servicios. Modelos de reconocimiento de la calidad y de penalización de la no calidad. Política de salarios.
  • Modelo de universidad(especialista, generalista, docente, investigadora, global, regional, local):
    • modelo de docencia y catálogo de titulaciones, docencia presencial y/o on line.
    • políticas de investigación.
  • Medición de la calidad en la ejecución de las políticas de la universidad y de su éxito como institución.
  • Modelo  de relación con la Comunidad Autónoma (participación en el gobierno, rendición de cuentas, financiación).

De acuerdo con la información recogida por el diario El País y según un documento elaborado por una comisión de 10 expertos nombrados por el Secretario de Universidades e Investigación de la Generalitat de Cataluña, D. Antoni Castellá, el pasado mes de Julio, la Generalitat Catalana abrió el debate sobre la gobernanza y la selección del profesorado al plantear eliminar las elecciones para seleccionar al rector o a los decanos y cambiar el régimen jurídico de los nuevos profesores. Los rectores serían elegidos por un órgano de gobierno con presencia mayoritaria del gobierno catalán; en materia de gobernanza proponía sustituir los actuales órganos de gobierno colegiados, como el consejo social, el consejo de gobierno y el claustro por otros nuevos como un patronato, un consejo ejecutivo y un senado, así como la revisión de la estructura de facultades y departamentos de los centros. Además planteaba una mayor especialización de las universidades, eliminar la presencia de alumnos en los órganos de gobierno, aumentar la financiación privada o reducir progresivamente el volumen de profesores funcionarios sustituyéndolos por personal laboral más fácil de contratar y de despedir (no hay que olvidar que recientemente se ha publicado el reglamento que regula los ERES en la Administración Pública).

Ya en la jornada celebrada el 8 de marzo en Barcelona ” La reforma del sistema universitario: ¿competencia, cooperación, especialización, fusiones?” Castellá había presentado las bases de lo que definió como “el nuevo modelo de Universidad Catalana”, tomando como referencia seis principios: restructuración de la oferta universitaria con una mayor especialización; definir un modelo catalán de personal docente, incrementando la contratación de  profesorado permanente en docencia e investigación con méritos homologables con estándares internacionales e introduciendo componentes retributivos variables y utilizando modelos de selección diferentes al de los funcionarios; impulsar los consorcios (compartir servicios: por ejemplo CPDs); establecer una nueva política de precios y becas; las universidades como motor del desarrollo del país y la gobernanza y la financiación. El objetivo sería mejorar la calidad académica y garantizar la sostenibilidad económica del sistema universitario catalán.

Modelo de Gobernanza

Está claro que el modelo de gobernanza es crucial para el desarrollo de las universidades. En una universidad pueden existir varios centros de poder (rector, decanos, directores de departamentos) y, además, el propio modelo de elección del rector o de los decanos puede suponer una hipoteca a la hora de dirigir la universidad o el centro. Los rectores, además, se quejan de que la financiación es insuficiente y de que la toma de decisiones en la universidad es lenta, al depender de unos órganos de gobierno que tienen unos plazos de actuación. Sin embargo, tal y como recoge el diario El País, “algunas voces acusan a la Universidad de excesiva endogamia, de estar desconectada de la realidad y de generar poco conocimiento práctico para la vida exterior o el mercado global”.  

También cable plantearse si existe un modelo único de gobernanza. De acuerdo con la Comisión Europea parece importante tener en cuenta la diversidad  de los sistemas educativos europeos y las diferentes tipologías de instituciones de educación superior para establecer un modelo de gobernanza. Por ello, el modelo de gobernanza debe adaptarse a los objetivos y estrategia de cada universidad, aunque sí se puedan aplicar los modelos de buenas prácticas entre instituciones. En este sentido, el conseller de Economía y Conocimiento de la Generalitat, Andreu Mas-Colell ha manifestado en la inauguración de las Jornadas de los Consejos Sociales de las universidades españolas celebradas el 25 y 26 de octubre en el campus de la Ciutadella de la Universidad Pompeu Fabra (UPF), en Barcelona, que la gobernanza de las universidades debería poder adaptarse a las necesidades de cada uno de estos centros de estudios y no cambiar para continuar siendo uniforme en todos las ellas.

De este modo parece abrirse un debate entre los modelos de gobernanza y de selección de los rectores: rector nombrado frente a rector elegido por sufragio entre la comunidad universitaria. No sabemos si en el primer caso sería un miembro académico de la comunidad universitaria o ajeno y si se realizará un proceso de selección competitiva siguiendo los principios de mérito, igualdad y capacidad.

Algunas voces en la universidad se alzan contra este modelo de nombramiento de rector opuesto al de elección por sufragio ponderado entre los miembros de la comunidad universitaria, al considerar que iría contra la democracia en las universidades. No hay que olvidar que el sistema de elección actual, tal y como se ha indicado, es ponderado, es decir, no se cumple el principio de una persona un voto y, por otra parte, en el sistema actual los rectores no siempre tienen las manos libres al deberse a diferentes grupos de presión. Los rectores, según recoge el diario El País, parecen oponerse a esta propuesta, al considerar que el sistema de elección actual da legitimidad y autoridad a los rectores y el hecho de que sea de la universidad aporta un plus, al tener ya un conocimiento de la realidad de la Universidad. En cualquier caso habría que establecer un modelo que mantenga un equilibrio entre autonomía y rendición de cuentas, dado que un exceso de autonomía puede ir en contra de la rendición de cuentas y el establecimiento de mecanismos excesivos en la rendición de cuentas puede ir en contra de una toma de decisiones rápida y eficaz. En cualquier caso, la gobernanza debe ser inseparable de ambos conceptos, autonomía y rendición de cuentas.

Si el Consejo de Expertos del Ministerio de Educación toma como referencia la propuesta catalana, el gobierno de la universidad estaría en manos de un patronato (con varios miembros propuestos por la Comunidad Autónoma y otros a propuesta de la Universidad) que sería el que establecería las políticas de la universidad, aprobaría el presupuesto y nombraría al rector. Esta propuesta encuentra recelos en la universidad, al considerar que puede suponer una intervención política por parte de la Comunidad Autónoma y que el rector puede acabar convirtiéndose en un comisario político. Además existirían un consejo ejecutivo (que, como su nombre indica, ejecutaría las órdenes del patronato) y un senado de carácter consultivo (integrado por los miembros de la comunidad universitaria: profesores, personal de administración y servicios y alumnos) y que sería una suerte de claustro.

La financiación, las tasas y las becas o préstamos

El Ministro Wert ha manifestado en diversas ocasiones que la financiación en la Universidad debe cambiar incluso “de forma radical”. La aportación de la Administración es mayoritaria en casi todas las universidades, pudiendo suponer hasta del 80% de sus presupuestos. La financiación pública disminuirá en los próximos años, la cuestión es cuánto. Además la financiación está estrechamente relacionada con la reciente subida de las tasas. El Ministro Wert, ha manifestado (septiembre de 2012) que su departamento está “en conversaciones muy avanzadas” con el Instituto de Crédito Oficial (ICO) para establecer un sistema de préstamos para que los universitarios puedan asumir el coste de las tasas o bien que éstas aumenten “de forma escalonada” en función de la renta familiar, como se hace en Cataluña.” Está claro que las tasas seguirán subiendo y que la política de becas y préstamo convivirán en los próximos años. No hay que olvidar que el modelo de préstamos no es la panacea, así, en Estados Unidos (y también en Reino Unido) existe una preocupación importante sobre la deuda que tienen los graduados americanos de modo que aproximadamente dos tercios deben dinero por sus estudios universitarios hasta un total de un trillón de dólares (1 millón de millones de dólares: 1 000 000 000 000). Cada alumno debe al finalizar su carrera una media de 25.000 dólares, deuda que le persigue incluso durante décadas. Quizás el Ministro y las universidades deberían pensar en potenciar modelos con menor coste para el alumno y la universidad, como la docencia on line, aprovechando las nuevas tecnologías y en la línea de las recomendaciones del antiguo Secretario de Estado de Salud (Health Secretary) del Reino Unido, Alan Milburn, en su informe “University Challenge: How Higher Education Can Advance Social Mobility”.

En cualquier caso, los modelos de financiación deben ser plurianuales, de modo que las universidades sepan con qué recursos públicos cuentan y puedan así definir su estrategia a varios años. Además se deben establecer los mecanismos de financiación privada, no solamente a través de los fondos privados vinculados a proyectos de investigación, sino también la captación directa por parte de las universidades de  fondos privados, así como el papel del mecenazgo.

Contratación del profesorado

El informe de la Generalitat Catalana plantea un nuevo modelo de contratación de profesorado, sustituyendo paulatinamente el modelo funcionarial por otro de contratación laboral basado en los méritos del docente. Hay que recordar que en los últimos años el modelo de profesorado en las universidades ha variado, pero que principalmente se basa en profesorado funcionario, aunque hace unos años se abrió ya la vía laboral con figuras como los contratados-doctores. Parece que, en estos momentos cobra fuerza la vía laboral, con otros criterios de selección y con mayor facilidad para su despido. Lo que es evidente es que se deberían implantar mecanismos de reconocimiento a la excelencia investigadora y docente, probablemente diferentes de los actuales. En cualquier caso, el nuevo sistema probablemente permita a las universidades que quieran estar en primera línea europea o mundial seleccionar a su profesorado para competir en el mercado global ofreciendo salarios atractivos a determinados profesores de primer nivel, siempre que sean capaces de conseguir financiación privada suficiente.

¿Cuál es el papel de los rankings en la reforma?

El Ministro Wert ha manifestado también en diversas ocasiones que las Universidades españolas no se encuentran entre las primeras de mundo, pese a los recursos invertidos. Los principales rankings, en general, valoran la productividad científica (artículos de investigación), la relación número de profesores / número de alumnos, la internacionalización (profesores no nacionales, alumnos no nacionales), número de doctores, reputación de la institución, ingresos investigadores procedentes de empresas y la colaboración científica entre instituciones de diferentes países (entre otros);  además normalmente se priman las universidades grandes o medianas sobre las pequeñas. ¿Tendrá en consideración el Consejo de Expertos estos datos a la hora de elaborar su propuesta?

Medir los resultados

Independientemente del nuevo modelo universitario que se proponga es importante que lleve aparejado un sistema de medición de resultados del sistema universitario y de cada universidad. Quizás pueda tener sentido un ranking en la línea de los rankings internacionales o de los rankings de otros sistemas universitarios (por ejemplo el ranking que elabora The Guardian de universidades del Reino Unido) y que permita tomar decisiones tanto a los órganos directivos de las universidades como al Ministerio de Educación y a las consejerías de las comunidades autónomas. En definitiva, se debe medir el rendimiento y el “éxito” de cada institución y del modelo en su conjunto.

Participación de la comunidad universitaria

El comité de expertos está trabajando en el documento de reforma, es evidente. Pero ¿cuál debe ser el papel de los rectores, de las comunidades autónomas, de la comunidad universitaria (Personal Docente e Investigador, Personal de Administración y Servicios y Alumnos), de las empresas y de la sociedad que financia la universidad con sus impuestos. Está claro que el nuevo modelo debe abrirse a consultas con los diferentes actores y probablemente adaptarse a cada comunidad o a cada institución, en la línea de lo indicado por la Comisión Europea. Pero no es menos cierto que es difícil hacer un traje a medida. Al final habrá que tomar una decisión y seguramente no contentará a todos.

 Tomás Gómez 4/Noviembre/2012

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THE Ranking 2012/2013

Análisis del ranking de Shanghai 2012

QS Ranking 2012/2013

Ranking de universidades de The Guardian