Mientras en España las noticias sobre la pésima situación financiera de muchas universidades aparecen en prensa diariamente, y se comienzan a adoptar medidas que no son estrictamente de recorte sino de reorganización de la actividad como las adoptadas el mes pasado por los Consejos de Gobierno en UPM en cuanto a obtener un mayor equilibrio en las actividades de investigación y de títulos propios incrementando los cánones hasta el 20% y el 25%  o en UAH de reducción a 9 y a 23 del número de centros y departamentos respectivamente, es grato comprobar que los centros europeos que destacan en todos los rankings internacionales – Oxford y Cambridge – lo hacen también en el ámbito financiero.

Así, en la primera quincena de este mes de octubre, hemos sabido que el Rector de Oxford ha anunciado en su discurso de apertura de curso que su universidad incrementa su anterior objetivo de captación de donaciones privadas de 1.250 M de Libras (1.550 M €) – objetivo alcanzado en menos de ocho años, lo que supone un ritmo de captación anual de unos 200 M € año – a 3.000 M de libras (3.720 M €).

Esto no significa en absoluto renunciar a la financiación pública; el propio Rector ha resaltado los límites de la financiación y el mecenazgo privados al afirmar que el mecenazgo no es una fórmula mágica que garantice el futuro financiero de las universidades y no puede ser un mecanismo mediante el cual el Estado abandone sus funciones:  “Los gobiernos pueden aportar recursos en una escala que excede cualquier otra fuente de financiación, incluso al más generoso mecenas”, ha afirmado. Añadió también que, incluso en EEUU, la financiación de la investigación es primordialmente pública y que el 80% de los fondos de investigación recibidos por Harvard son públicos.

Los fondos captados por Oxford permitirán entre otras cosas financiar un programa de becas para postgraduados de 100 M de libras  (125 M €). una dotación similar a la del presupuesto de una universidad media pequeña española, que será cubierto en un 60% por donaciones privadas y en un 40% por la universidad, completando las líneas de becas propias ya existentes para estudiantes provenientes de familias humildes y para estudiantes de Humanidades .

Mientras tanto Moody´s ha  otorgado un AAA a Cambridge  en base a su escasa dependencia de la financiación pública en momentos en el que es previsible una reducción de los fondos públicos concedidos a las universidades en EEUU y el Reino Unido. Cambridge tiene unos resultados de captación de fondos privados muy similares a los de Oxford. La solvencia y volumen de activos de la universidad (3.300 M de libras de activos en su balance consolidado, es decir 4.100 M de euros, de los que más de 1.000 M de libras en activos financieros, principalmente en acciones), la capacidad  de la institución para atraer estudiantes – ingresos – extranjeros (alrededor del 50% de las tasas provienen de estudiantes no europeos, pero esto supone menos del 4% de los ingresos totales), su potencia editorial (Cambridge University Press) y su área de enseñanza del inglés (Cambridge Assessment) que aportan cada una alrededor de un 20% de los 1.250 M de libras de ingresos totales anuales de la universidad, asi como la rigurosa normativa que regula la actividad de las universidades británicas también habrían contribuido a la concesión de esta excelente calificación crediticia. La obtención de este rating es un elemento previo al lanzamiento de un importante proyecto inmobiliario de 1.000 M de libras en el noreste de Cambridge para el que la Universidad ha emitido 350 M de libras en obligaciones a 40 años a un tipo fijo en mínimos históricos: el 3,75 %, es decir con una prima de 65 puntos básicos sobre el precio de los títulos del Estado. Este proyecto consiste en la construcción de mil quinientas viviendas para personal docente y administrativo clave de la Universidad más otras tantas destinadas a la venta libre, de residencias para dos mil estudiantes y de 100.000 metros cuadrados de instalaciones destinadas a investigación, de los que un 40% reservados para empresas vinculadas, amén de los correspondientes  equipamientos comunes.

Muchas cosas se pueden aprender de estas dos casi milenarias universidades. En el ámbito de su gestión financiera cabe destacar que vienen contando con un relevante apoyo financiero público y privado. Pero disponer de fondos suficientes no es un elemento que garantiza el éxito ni la gestión. También resulta relevante que se trata de instituciones con una visión estratégica a largo plazo, con ambición e imbuidas de un espíritu meritocrático, con rigor y profesionalidad en la dirección y en la gestión, con equilibrio financiero y con instrumentos de contabilidad analítica muy difundidos, con costes de personal por debajo del 50% de los costes totales, con entonos legales flexibles pero estrictos que otorgan plena autonomía financiera y de personal, con un endeudamiento nulo o muy reducido puesto que la asunción de nuevos proyectos se hace fundamentalmente en base a recursos propios, y con rendición de cuentas permanente y plena responsabilidad en la gestión.

Xavier Puente – 14 de octubre de 2012