En el Reino Unido, el antiguo Secretario de Estado de Salud (Health Secretary), Alan Milburn, actual asesor del gobierno británico en “movilidad social”, ha elaborado recientemente el informe “University Challenge: How Higher Education Can Advance Social Mobility” que analiza el papel de las Universidades en el ascenso social de los estudiantes, así como el del Gobierno y las universidades en fomentar el acceso a la universidad de los estudiantes de las áreas más desfavorecidas.

En España, en estos momentos se está revisando tanto el modelo de Universidad como el modelo de acceso a la Universidad (según el anteproyecto de la nueva ley de educación, LOMCE, habrá prueba de Bachillerato más procedimientos de acceso específicos opcionales). Además el acceso a las becas y su mantenimiento será más selectivo y, todo ello, en un entorno de incremento generalizado en los precios de la matricula (además diferente según la comunidad, tal y como analizamos en otro artículo en este blog), y con dos millones de familias con todos sus miembros en paro. Cabe, por tanto,  preguntarse si está en riesgo la igualdad en el acceso a la educación universitaria, tanto de grado como de posgrado. ¿Veremos en los próximos años cómo los estudiantes de clases desfavorecidas ven peligrar su acceso a la educación universitaria? ¿Habrá abandonos de las aulas por motivos económicos? ¿cuál es el papel de la Universidad en la sociedad del Siglo XXI?

Esta reflexión enlaza o podríamos decir se opone a otra postura, más en la línea de la excelencia y de la rentabilidad económica. ¿a través de los impuestos se deben financiar todos los estudios universitarios o solamente aquellos que son rentables desde ese punto de vista económico?. La solución no es sencilla,la rentabilidad social de la educación universitaria es más difícil de medir que la económica.  Por otra parte, no hay que olvidar que la educación universitaria no es una isla en la educación de los ciudadanos, sino que debe pensarse el modelo educativo y social de un país desde la educación primaria. El fracaso educativo que existe en la educación secundaria española es, en sí, un fracaso social. El valor de la educación en el desarrollo de una sociedad comienza desde las primeras etapas educativas y la situación en España es más que mejorable.  Además del abandono escolar temprano, los alumnos de 15 años obtienen malos resultados en las pruebas internacionales de la OCDE: Según el último informe PISA, de 2009, en Lectura, estamos en el puesto 34 (siendo el promedio el 27);  en Matemáticas, ocupamos el puesto 36 (11 puestos más abajo que el resultado medio) y en Ciencias, la diferencia de de 12 puestos. (Fuente Diario El Mundo)

 El documento de Milburn que vamos a analizar en este artículo abre un número importante de debates y reflexiones sobre el papel de la Universidad en la movilidad social. Así, en su estudio, Milburn deja claro que “las Universidades son una fortaleza para el país y su papel, en una economía basada cada vez más en el conocimiento, se está convirtiendo en un pilar central para la prosperidad futura”, destacando que “la Educación y la empleabilidad son las llaves que pueden promover el progreso de los ciudadanos y de los estados.”

Plantea que al igual que ha sido normal valorar las bondades económicas que las Universidades han aportado a Gran Bretaña, también habría que centrarse en las bondades que las Universidades pueden aportar a nivel social.

Es revelador conocer que en el Reino Unido se ha pasado de 600,000 estudiantes universitarios en 1970 a 2.5 millones en la actualidad. Ello ha ido unido a un incremento en la incorporación a la universidad británica de los estudiantes de áreas más pobres. Sin embargo el acceso a la universidad británica no se produce en condiciones de igualdad, existiendo una correlación entre la clase social y la probabilidad de ir a una universidad, en general, o a las mejores universidades en particular. Incluso plantea que este progreso puede estar amenazado.

Tanto el Gobierno como las Universidades tienen su papel en la igualdad en el acceso a la universidad. Estas últimas deben abrirse al talento y al potencial de los alumnos, más allá de su capacidad económica, aunque este es un tema controvertido, desde las posiciones que opinan que en la universidad debe primar la igualdad social en el acceso hasta aquellos que piensan que debe primar la excelencia (nota y méritos de acceso), no la igualdad social.

Los que defienden la postura de la excelencia valoran la necesidad de que las Universidades ayuden a las escuelas a mejorar sus resultados y facilitar el acceso de los estudiantes pobres a la Universidad, incluyendo a las mejores universidades, pero modificar los procesos de admisión no parece razonable, dado que perjudicaría a las escuelas que consiguen mejor rendimiento.

El autor recuerda que también en Estados Unidos, las mejores universidades (top Ivy League) planifican de forma cuidadosa su programa de admisión anual para asegurar la diversidad y por ello no considera que la distinción entre igualdad y excelencia sea correcto. La prosperidad del país se basa en el desarrollo del potencial de todos aquellos que tengan aptitudes y que aspiren a desarrollarlas. Por ello las universidades deben asegurarse de que la igualdad y la excelencia vayan de la mano.

Con vistas a analizar de qué forma pueden las universidades apoyar el ascenso social, el autor plantea estructurar el ciclo de vida de los estudiantes en las universidades en cuatro partes:

  •  Preparación: cómo las universidades pueden ayudar a los estudiantes a mejorar su rendimiento y aspiraciones y ayudar a los estudiantes potenciales a realizar las elecciones adecuadas. Dos son las recomendaciones: incrementar los estándares generales y ayudar a reducir el desfase en el rendimiento educativo entre los distintos alumnos.
  •   Acceso: procesos de admisión y criterios utilizados por las universidades. El informe recomienda incrementar el grupo de estudiantes a partir de los cuales se nutren las universidades, basado en el trabajo con padres, alumnos y escuelas y asegurar que el proceso de admisión se estructura de modo que se hagan juicios justos que tengan en cuenta la aptitud, las habilidades y el potencial del estudiante.
  •   Permanencia: mejora de las tasas de retención en la Universidad. Aunque la retención en Reino Unido es alta, baja notablemente entre los alumnos de áreas desfavorecidas.
  •   Continuación: pasos que pueden dar las universidades para ayudar a los estudiantes a tener éxito en su carrera una vez que se ha graduado. Las Universidades deben preparar a los estudiantes para el mercado laboral, no solamente permitirles graduarse. Los empleadores buscan determinadas habilidades (comunicación, trabajo en equipo, capacidades organizativas, etc.). Por ello cada universidad debería clarificar qué competencias laborales aportan a sus estudiantes y eso reflejarse en una clasificación de universidades en función de estas competencias.

 Entre las medidas que propone el informe destaca proporcionar formación intensiva a los profesores de las escuelas públicas, cursos de verano para los estudiantes de áreas pobres, así como la creación de un nuevo modelo de apoyo económico a los estudiantes de dichas áreas, la revisión en los sistemas de acceso estableciendo una nueva estrategia nacional, garantizar entrevistas con los alumnos más brillantes de áreas desfavorecidas, utilización de información contextual que tenga en cuenta los antecedentes del alumno cuando se esté decidiendo a quién aceptar, las instituciones deberían ofrecer programas de formación básica (similares a los de la Universidad de Durham) para facilitar a los jóvenes con menor formación la posibilidad de alcanzar a sus compañeros, sistemas de acceso sencillos y que tengan en cuenta el contexto, sistemas de aprendizaje on líne que amplíen el rango de estudiantes con acceso a la educación superior o el establecimiento de un nuevo sistema orientado a facilitar el acceso al posgrado a los estudiantes con menor poder adquisitivo. Además se indica que las universidades deberían utilizar los millones de libras que dedican a realizar descuentos en las matrículas y gastos universitarios de los alumnos pobres en establecer un nuevo modelo de prestación para los jóvenes vinculada a la educación.

Según Milburn: “Los estudiantes deberían ser admitidos no por lo bien que lo han hecho en la escuela, sino por cómo es probable que lo hagan en la universidad. No es un reconocimiento de los logros, sino del potencial que tienen para alcanzar los logros”

El Ministro para Universidades, David Willetts ha afirmado “que la mejora de la movilidad social está en el núcleo de las políticas sociales del Gobierno Británico. Conseguir que la aspiración de los jóvenes de acceder a la educación superior sea clave para alcanzar la movilidad social, transformar vidas y alcanzar el futuro de nuestra nación. (…) El Gobierno y las Universidades gastarán casi mil millones de libras al año en atraer estudiantes de áreas desfavorecidas al final de este mandato”

Así, de acuerdo con la información del Gobierno Británico, los Ministros que integran el Departament for Business, Innovation & Skills (BIS) buscando promover este acceso en condiciones de igualdad han escrito a HEFCE (Higher Education Funding Council for England) and OFFA (Office for Fair Access), solicitándoles que desarrollen una estrategia compartida para promover el acceso de forma que se maximice el gasto realizado por Gobierno, HEFCE y las instituciones. De este modo se han establecido diferentes acuerdos para aportar fondos destinados a incrementar y retener alumnos que proceden de áreas desfavorecidas. Así mismo BIS está trabajando con un grupo de expertos para desarrollar un Programa Nacional de Becas y establecerá un programa a partir de este año.

Quisiera concluir resaltando que movilidad social, igualdad en el acceso a la Universidad y excelencia pueden y deber ir de la mano y que, sin despreciar la rentabilidad económica, no podemos olvidar la rentabilidad social de la universidad. Pero olvidar las etapas educativas previas, sería un grave error que ningún país debería cometer.

Tomás Gómez 21/10/2012

MÁS INFORMACIÓN
Comentarios de David Willets sobre el informe de Alan Milburn

Documentos oficinales del Gobierno de Reino Unido

Opinion de Thimes Higher Education sobre el documento de Alan Milburn

Graduate Foundation Courses, Universidad de Durham

Comentarios sobre el documento de Alan Milburn

Anteproyecto LOMCE