Eurostat acaba de publicar su nota 50-2011 con un breve pero muy interesante estudio comparativo del gasto en educación y en educación superior en los países de la Unión Europea, EEUU y Japón en 2008.

Una primera conclusión del informe es que el gasto público en educación (primaria, secundaria y superior) en Europa 27 representa el 11% del gasto público total (el 11,2% en el caso de España) y casi el 5,1% del PIB (y nada menos que el 5,4% en EEUU).

En 2008, pese a haberse iniciado ya la crisis, ese gasto tenía un ritmo de crecimiento mayor que el de la economía en la mayor parte de Europa. Por su parte, el gasto privado en educación representa sólo el 0,75% del PIB, con diferencias muy significativas por países ya que va del 0,15% en Finlandia o Suecia al 1,75% del PIB en el Reino Unido (y el 2,1% en EEUU). Esto supone una contribución privada al gasto total en educación que representa muy poco en Finlandia – un 2% – y que es muy alta en el Reino Unido dónde casi un tercio del gasto total en educación tenía ese año un origen privado (pago por las familias de matrículas, comedores…), un nivel más alto que el de Estados Unidos (29%) y similar al de Japón. En el caso español, el gasto privado en educación es algo más bajo que la media europea puesto que representa el 12,9% del gasto total en educación, cuando la media europea es del 13,8%.

El gasto publico en educación se clasifica en el estudio en dos grandes modalidades:

– gasto público directo en instituciones educativas que pueden ser públicas o no (en España están los centros concertados, generalmente religiosos, en la enseñanaza obligatoria, pero en otros países se trata de cooperativas, fundaciones, etc.)

– gasto público indirecto: en esta modalidad hay grandes divergencias entre países. Así, tenemos países que presentan un gasto directo alto, pero bajo en esta modalidad que abarca las becas y alas yudas a los estudiantes, es decir a los usuarios y no a los centros. Esto es así pese a que muchos especialistas consideran que las políticas de ayudas y becas directas a los usuarios contribuyen de forma directa a la igualdad de oportunidades y al acceso de todos a una educación de calidad. España no apuesta por estas fórmulas y destina únicamente el 9,9% del gasto público a becas y ayudas en contrate con lo que se suele hacer en Europa – con un gasto medio en becas y ayudas del 16,7% – y sobre todo con las políticas seguidas en los países escandinavos y en el Reino Unido que destinan alrededor del 25% – 30% del gasto público en educación – tres veces más que nuestro país – a estas medidas dirigidas directamente a los usuarios. Bien es cierto que el énfasis en becas, o en ayudas, o en la  subvención de intereses en préstamos para el estudio, o en residencias, comedores, etc. cambia según los países y sus tradiciones.

El estudio hace una reflexión interesante, y es que aunque el gasto público o privado medido en términos de PIB en educación mide el esfuerzo colectivo destinado a esta actividad, la medida de la eficacia de  los sistemas educativos y de los medios financieros puestos a su disposición se mide no por el porcentaje de gasto en educación respecto al PIB si no por el gasto total (público y privado) por estudiante medido en términos PPS (gasto en términos de paridad de compra).  Aplicando ese criterio se observa que el país de UE 27 que destina más gasto PPS por alumno en la enseñanza superior es Suecia con un gasto de 15.556 PPS. Le siguen con un gasto alto – superior a los 12.000 PPS –  Noruega, Holanda, Dinamarca, Austria y Reino Unido, y un poco más allá, rozando los 12.ooo PPS, Alemania, Finlandia y Bélgica. Se podría decir que hay correlación entre gasto y buenas universidades, pero la cosa es bastante más compleja, como lo mostraría un análisis detallado de los rankings, por ejemplo el THE, recientemente publicado y comentado aquí, o los datos comparativos que presenta el estudio para primaraia y secundaria. En España el gasto en educación superior por alumno es de 10.363 PPS, un 9% por encima de la media europea que es de 9.296 PPS, y muy por debajo del gasto medio por alumno en EEUU que, con 23.562 PPS, bate todos los records.

La medida en términos PPS en otros niveles educativos presenta algunos datos cuando menos inesperados: España gasta un poco más que Finlandia – el campeón europeo en las comparativas Pisa, ver por ejemplo el Informe Pisa 2009 – en educación primaria y alrededor de un 10% más en educación secundaria. En educación superior los fineses – que cuentan también aquí con un nivel educativo de alta calidad – superan nuestro gasto total público y privado en términos PPS en algo más de un 15%, pero aquí carecemos de comparativas que nos permitan ver el éxito en la formación de sus estudiantes.

Por tanto, unos datos interesantes que invitan a continuar profundizando en los sistemas educativos más eficientes contemplando sin perjuicios y con series temporales más largas todos sus componentes y a no identificar exclusivamente calidad en educación con abundancia de recursos económicos.

 Xavier Puente – 17 de octubre de 2011